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El amor de Dios
Es imposible hablar de verdadero amor sin mencionar a Dios, sin mencionar a Jesús, sin citar la Biblia. El amor incondicional de Dios se expresa a lo largo de la Biblia, desde el Antiguo Testamento hasta el Nuevo Testamento. Juan 1:17 dice:
“…pero el amor inagotable de Dios y su fidelidad vinieron por medio de Jesucristo.”
Luego Juan continúa desarrollando su idea y explica con más detalle cómo podemos ver el amor de Dios de manera palpable, en Juan 3:16, donde se dice: “Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree no se pierda, sino que tenga vida eterna.”
Este pasaje destaca la magnitud del amor de Dios al sacrificar a su Hijo por la redención de la humanidad. El amor debe ser demostrado, el amor debe ser puesto en práctica, de lo contrario podemos darle cualquier otro nombre al sentimiento que este mediando en una situación, pero no es amor sino se muestra de una manera clara y altruista, así como Dios nos mostró su amor.
La descripción bíblica del amor
Existe un capítulo por excelencia que es citado una y otra vez cuando de amor se trata. En el Nuevo Testamento, 1 Corintios 13 es conocido como el “capítulo del amor”, donde se describe el amor en términos de paciencia, bondad, no envidia, no jactancia, no orgullo, no rudeza, no egoísmo, no se irrita, no guarda rencor, se regocija en la verdad, todo lo soporta, todo lo cree, todo lo espera y todo lo persevera. Estos principios son fundamentales para una relación matrimonial sólida.
1 Corintios 13: 4- El amor es paciente y bondadoso. El amor no es celoso ni fanfarrón ni orgulloso 5 ni ofensivo. No exige que las cosas se hagan a su manera. No se irrita ni lleva un registro de las ofensas recibidas. 6 No se alegra de la injusticia sino que se alegra cuando la verdad triunfa. 7 El amor nunca se da por vencido, jamás pierde la fe, siempre tiene esperanzas y se mantiene firme en toda circunstancia.
Aplicar estos principios al amor entre cónyuges significa practicar la paciencia y la bondad, ser comprensivo y compasivo, y estar dispuesto a perdonar y reconciliarse en lugar de guardar rencor. Es un amor que no se basa en condiciones o expectativas, sino que se ofrece libremente, sin esperar nada a cambio. Este tipo de amor fortalece la relación y proporciona un fundamento sólido para superar los desafíos y crecer juntos como pareja.
El amor conyugal
Según la Biblia, se describen roles específicos para el esposo y la esposa dentro del matrimonio, pero estos roles no implican superioridad o inferioridad, sino complementariedad y cooperación mutua.
Para el esposo, se destaca el llamado a liderar y amar a su esposa de manera incondicional, siguiendo el ejemplo de Cristo. Efesios 5:25 dice: “Maridos, amad a vuestras mujeres, así como Cristo amó a la iglesia, y se entregó a sí mismo por ella.” Esto implica que el esposo debe amar a su esposa con un amor sacrificial, dispuesto a dar su vida por ella si es necesario. Además, se le insta a cuidar, proteger y proveer para su familia de manera física, emocional y espiritual.
Por otro lado, para la esposa, se resalta el llamado a respetar y apoyar a su esposo. Efesios 5:22-24 dice: “Las casadas estén sujetas a sus propios maridos, como al Señor. Porque el marido es cabeza de la mujer, así como Cristo es cabeza de la iglesia… Así que, como la iglesia está sujeta a Cristo, así también las casadas lo estén a sus maridos en todo.” Esto no significa sumisión ciega, sino más bien un espíritu de colaboración y respeto mutuo.
Para amarse incondicionalmente, el esposo y la esposa pueden practicar estos principios de la siguiente manera:
1. **Amor sacrificial**: El esposo puede demostrar su amor incondicional al sacrificar sus propias necesidades y deseos para cuidar y servir a su esposa, mostrando comprensión y empatía en todo momento.
2. **Apoyo y respeto mutuo**: La esposa puede mostrar su amor incondicional al respetar y apoyar las decisiones y liderazgo de su esposo, confiando en su dirección y alentándolo en su papel de liderazgo en el hogar.
3. **Comunicación abierta y honesta**: Ambos pueden practicar el amor incondicional al comunicarse de manera abierta y honesta, expresando sus necesidades, preocupaciones y deseos de manera respetuosa y compasiva, sin temor al juicio o la crítica.
4. **Perdón y reconciliación**: Tanto el esposo como la esposa pueden demostrar amor incondicional al practicar el perdón y la reconciliación, dejando de lado el orgullo y buscando la restauración de la relación después de conflictos o desacuerdos.
Un matrimonio feliz no es tener la pareja perfecta, es cuando dos personas imperfectas aprenden a trabajar en sus diferencias juntos.
En resumen, amarse incondicionalmente dentro del matrimonio implica seguir los principios bíblicos de liderazgo sacrificial y apoyo mutuo, practicando el perdón, la comunicación abierta y el respeto en todas las áreas de la vida conyugal.
Diana Quiros